El Alto, 30 de abril de 2025 — En respuesta a la creciente ola de violencia contra las mujeres en Bolivia, el Centro de Promoción de la Mujer Gregoria Apaza anunció la reapertura de los Centros de Apoyo para mujeres en situación de violencia, reafirmando además el rol fundamental de las promotoras comunitarias como agentes de prevención y transformación social.
Estas promotoras son mujeres que, tras superar situaciones de violencia o por decisión propia, asumen el compromiso de apoyar a otras mujeres. Su labor está respaldada por el artículo 29 de la Ley N° 348, que establece su formación en resolución pacífica de conflictos, consejería y otros temas relevantes. Entre sus funciones se incluyen: la prevención a través de réplicas informativas, la orientación y acompañamiento en procesos de denuncia, y el control social para garantizar la aplicación efectiva de la ley.
La reapertura de los Centros de Apoyo permitirá a las mujeres recibir atención directa en tres puntos de la ciudad de El Alto:
- FELCV El Alto (zona Ferropetrol): atención de lunes a viernes, de 09:00 a 18:00 horas.
- SLIM del Distrito 3 (zona Pacajes Caluyo): de lunes a viernes, de 08:00 a 16:00 horas.
- SLIM del Distrito 5 (zona Puerto Mejillones): de lunes a viernes, de 08:00 a 16:00 horas.
Los datos del Ministerio Público revelan una realidad alarmante: hasta el 15 de abril, 26 feminicidios fueron registrados en el país, uno cada cuatro días. Además, se reportaron 11.711 casos enmarcados en la Ley 348 hasta marzo, de los cuales 8.936 son de violencia familiar o doméstica. Estos números reflejan una situación crítica que requiere acciones urgentes y coordinadas.
Frente a este panorama, el Centro Gregoria Apaza también lanzó la campaña comunicacional “Es tiempo de cambiar. Vivamos sin Violencia” en asocio con Alianza por la Solidaridad, cuyo objetivo es sensibilizar e informar a la población para erradicar la violencia de género. La campaña incluye videos, cuñas radiales, spots televisivos, materiales impresos y contenido en redes sociales, disponible para ser utilizado por unidades educativas, colectivos y organizaciones sociales.
Las promotoras comunitarias utilizan estos recursos en sus actividades de réplica, promoviendo una cultura de paz y respeto en las comunidades.
La reapertura de los centros y la visibilización del trabajo de las promotoras comunitarias son pasos fundamentales para construir un país más justo, donde las mujeres puedan vivir libres de violencia. La sociedad, junto con las instituciones, debe comprometerse en esta lucha para garantizar una vida digna y segura para todas.